- Me acomodo en la habitación, en la estrecha Y esquinada cama. Una canción, llega hasta mis oídos... no sé de quién es... pero siento que habla sobre mi. Me acerco a la ventana y observo sin interés lo que ocurre en el exterior -
Apenas hay movimiento, la calle se encuentra sola, pero no vacía. Siente en sus entrañas, múltiples y diferentes sensaciones que la obligan a respirar, que la obligan a vivir.
Jamás se han parado con ella, no la han sentido; ni tan siquiera le han rozado. Durante una eternidad no la han escuchado, ni entendido... Y ella, sin poder evitarlo, sigue viviendo.
- Y yo, por miedo a entenderla, por miedo a matarla, la aparto de vi vista... y miro al cielo... -
Hoy está triste. Parece que vaya a llorar. Las nubes tratan de consolarla, pero sus ojos ya están empañados de tanto aguantar... no pierde de vista a su pequeña y deseada "callejuela"... cierra los ojos... la siente... pero no se atreve a tocarla.
- Y yo, desde mi ventana, sigo observando en silencio - ¡Qué increíble sensación ver llorar al cielo!
La "calle" comienza a sentir, deja que la posea. Sus lágrimas recorren con infinita sensualidad todo su cuerpo, llegando hasta sus más escondidas y profundas sensaciones. Ella, se abre con increíble sensualidad y permanece quieta y silenciosa.
Toda la calle se ha iluminado y el cielo ante tan excitante silencio comienza a gritar con inmensa pasión. Sigue penetrándola con extrema delicadeza, lleno de amor, pero no consigue parar de llorar, y cada vez lo hace más fuerte.
- Y yo, sin aliento, sigo observando en silencio -
Mezcla de pasión, lujuria y amor, siguen jadeando y gritando hasta no poder más...
- Y yo, casual espectadora, he alcanzado el éxtasis del momento. Cierro los ojos y mi cuerpo cae sin fuerzas sobre el colchón -
Ya ha dejado de "llover" y solo se oye una lejana canción, que quizás hable sobre mi, quizás hable sobre ellos.
(escrito allá por los años 90)