En Septiembre, me acerqué hasta Xinzo, para realizar un reportaje fotográfico de una boda, exactamente de la boda de la nieta de la pareja de la fotografía.
Cogí el coche de Mingos (el mío estaba reventado) y me dirigí a la dirección que me indicaron... era una pequeña urbanización de chalets en Vilar de Santos... la persona que me abrío la puerta y el primer rostro que vi aquel día fue el de la señora María.
Mientras esperábamos a su nieta, que estaba en la peluquería, acicalándose para la ocasión, María comenzó a contarme que le encanta la fotografía y que hacía unos meses un fotógrafo portugués la retratara en el mercado, donde ella se encontraba trabajando, exactamente en un pueblo cerca de la frontera de Portugal.
Así empezó todo, estuvimos todo el día hablando de la familia, de la fotografía, de Portugal, del ser humano, en definitiva, de la vida... al anochecer, hasta lloramos juntas.
En un momento de la boda, miré para ella y sonreí, me devolvió la sonrisa y abrazó a Juan, su marido... en ese instante disparé.
1 comentario:
que maravilla
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