martes, 21 de marzo de 2017

DECEPCIÓN


          Tenemos las herramientas suficientes para crear y para destruir; quizás a la hora de crear tengas que utilizar más herramientas, más esfuerzo y más tiempo y sin embargo a la hora de destruir con solo un soplo, una mirada o un segundo tiramos por tierra la lucha de toda una vida.

          Hace unos meses colgué una imagen que hice después de una conversación sobre la vida y la muerte que tuve con dos buenas amigas en un garito de Madrid. Una imagen de lo más natural, si la miramos desde el significado más simple, se trata de lo que todas las mujeres hacen cuando llegan a su casa después de un largo día: desnudarse.

http://caixademixtos.blogspot.com.es/2016/10/blog-post.html

          Y aunque me esperaba la "anécdota" que ahora os contaré, me sorprendió de manera decepcionante de quien o quienes venía este pensamiento, actitud o conversación. Contemos pues:

          Dos semanas después de colgar una fotografía de un desnudo en uno de mis blogs, me paré a mirar un escaparate en una calle céntrica de Ou, un escaparate de una tienda de ropa de mujer, pero lo que observaba era una bicicleta hecha toda de madera a tamaño natural.

          Escuché un voz, muy cerca de mi nuca que decía "Hola Eva, qué tal, oye he perdido tú teléfono, podrías pasármelo otra vez"; me di la vuelta y con una sonrisa y dos besos saludé a un excompañero de profesión, un fotoperiodista de la ciudad, de los que lleva toda la vida con la cámara al hombro y con el que compartía cuando trabajaba de fotógrafa de prensa, horas de espera, carretera, anécdotas, risas, cenas y demás.

          No perdió mucho tiempo en ir al grano y después de darle mi número de teléfono me pidió permiso para hacerme una pregunta. ¡Cuando alguien te pide permiso para preguntarte algo, chungo!, o te tiene miedo o sabe que lo que va a hacer no es del todo correcto.

          No se muy bien porqué, quizá porque estoy acostumbrada a estar a la defensiva con ciertos temas, pero se me encendió la bombilla y empecé a relacionar: imagen de desnudo publicada, fotógrafo, blog, compañero de profesión, hombre, ¡yo que sé!; pero me dio la risa tonta y le dije cruzándome de brazos y con una sonrisa: "¡Claaaaro chico, pregunta lo que quieras!"

          Me cuenta que unos días atrás, otro compañero fotógrafo había visto mi blog en el que salía una foto del dichoso desnudo (Ohhhh qué coooossaaa, como si nunca hubieran visto unas tetas).

          Y allí, mientras esperaban a que saliese el político de turno para hacerle la foto del día, la minipandi de fotógrafos, que no -as, se sacan de móvil, buscan el blog, la foto y comentan la jugada: Será Eva en pelotas?... mira que cuerpo!... se haría ella la foto?... usaría trípode para hacerse un autorretrato? (que no selfie)...

          Chicos!!! comienzan las apuestas!!! será o no será!!!!

          Me esperaba este corrillo de cotillas de cualquiera (hombres o mujeres) con mentes machistas, cerradas, pequeñas... pero nunca de fotógrafos! Y ahí está mi decepción!

          Supongo que si la fotografía la hubiera realizado Edward Weston, Patrizia Savarese, Helmut Newton, Greta Buysse, Jan Saudek, Ruth Bernhard o Richard Avedon, por ejemplo, todos ellos fotógrafos de desnudos, no habrían tenido estas dudas tan trascendentales.

          No preguntaron quién había hecho esa foto, si no quien era la modelo de la imagen; pensando que podría ser la misma. Esto me da que pensar, que como muchas veces, prima el cuerpo de la mujer y no la mente, lo físico y no lo intelectual.

         Cómo regalito, os dejo este maravilloso collage de cuerpos de mujeres, todas de Ou, todas iguales pero todas diferentes, casadas, embarazadas, enfermas, lesbianas, con cesáreas, separadas, mamás, solteras, cariñosas, luchadoras, vividoras, escritoras, gallegas, comprometidas, sinceras, divertidas, liberales y sobre todo libres de poder desnudarse, por dentro y por fuera!

          Y ahora queridos compañeros, os propongo un juego, sacar móvil y lupa, y en vuestros tiempos muertos esperando para hacer la foto del día, buscad entre los desnudos a ver si encontráis entre ellos a vuestra madre o a vuestra hermana o a vuestra pareja o a vuestra hija, y hacer ahora los mismos comentarios que hicisteis aquél día en vuestro triste y decepcionante corrillo de cotillas.